Carlos estornudó, María dijo: “¡!”.
Jo, tío, ¡ casa que tienes! Es enorme, tiene tres pisos, ¿no?
– ¿Te pasa algo? ¡Tienes mala cara!
– Es que no me bien.
– ¿No te ha dolido nada la inyección, verdad?
– No.
– Bueno, pues te veo mañana. ¡Que te !
– ¡Khe-khe-khe!
– ¡ tos que tienes! Tienes que cuidarte más.
– ¡Ayyyyy! ¡Qué me he hecho!
– ¿Dónde?
– Aquí, en la rodilla... No me toques, no me toques... ¡Ay,
duele!