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La eternidad de las ovejas negras

Un día todas las ovejas negras del planeta decidieron que, cansadas de tanta discriminación, se decolorarían el pelo. Su lana quedó tan blanca como la del resto y ya no hubo jamás ovejas negras en el mundo. Después de mucho estudiar los nuevos rebaños, de ovejas blancas, alguien descubrió que aquellas cuya cola medía más de diez centímetros, tenían mayor tendencia a desobedecer órdenes y a embestir a las demás. Desde entonces, cuando nace una oveja con la cola larga, el resto de las ovejitas blancas de cola corta la mandan a un reformatorio donde alguna vez sus antepasados intentaban corregir la conducta de unas raras y extintas ovejas negras.

Viana Victoria Barceló Pérez (Cuba)