– Hijo, ¿no estabas ensayando para el concierto?
– Sí, papá. He para tomarme un vaso de agua, ahora me vuelvo a poner.
– Mamá, ¿por qué tenemos que ir al teatro? ¿No podemos quedarnos en casa? ¿Por qué no vamos al cine?
– Anda, hijo, ya. Qué pesado eres.
Tenéis que entregar el trabajo final antes del 10 de mayo. No de escribirme si necesitáis cualquier tipo de aclaración.
– ¿Ya se ha recuperado tu padre después de la operación?
– Uf, la verdad es que no de curarse del todo... Estamos todos preocupados.
Mi padre de joven bebía mucho, pero a los 40 años de beber, y desde entonces no se toma ni una copa.
– Entonces, ¿vais a ir todos a Disneyland? Los niños estarán locos de contento, ¿no?
– Totalmente. No de hacernos preguntas sobre el viaje.
– ¿Sabes que finalmente han a los ladrones que robaron en la casa de al lado?
– ¡Qué bien! No podía de pensar en ello.
– ¿Has comprendido por fin este tema?
– No, la verdad es que no de entenderlo.